Los portátiles son máquinas muy frágiles, y el hecho de que se transporten de un sitio a otro los hace más propensos a romperse o averiarse. No obstante, tener en cuenta cuáles son sus puntos débiles puede ayudarte a prolongar su vida:
EL CALOR
Los portátiles generan mucho calor, y es crucial que puedan explusarlo por las ranuras de ventilación, que siempre habrá que mantener despejadas.
Cuando el ruido de los ventiladores internos sea mayor del habitual, es hora de limpiralos.
La avería más habitual en los portátiles es que el chip gráfico acabe quemado.
LAS BISAGRAS
Como cualquier pieza mecánica, las bisagras tienden a romperse con el uso. Conviene abrir y cerrar la tapa del portátil ejerciendo la presión en el medio de la misma, y no en los extremos.
EL CONECTOR DE ALIMENTACIÓN
El “agujerito” donde conectamos el cargador se estropea a menudo, por el mal hábito de conectar la clavija con el cable tenso. Hay que buscar la forma de que el cable no esté tirante.
LA BATERÍA
Las baterías se degradan rápidamente, sobre todo si las dejamos permanente conectadas pero no las usamos (alimentamos el portátil mediante su cargador). Las baterías están para usarse. Si no se va a utilizar, mejor quitarlas y guardarlas en un lugar fresco y oscuro.
EL TECLADO
Las teclas de los teclados se desprenden con facilidad. Peor todavía es que se nos caiga algún líquido encima. Con suerte, sólo acabaremos con el teclado inservible. Con menos suerte, fundiremos la placa base.
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